Cada vez son más las mujeres que acuden a los quirófanos para cumplir su sueño de lucir unos pechos perfectos. Sin embargo, las estadísticas dicen que muchas de ellas acaban quitándose la vida. Como leéis. Un estudio del International Epidermiology Institute en Rockville y la Vanderbilt University de Nashville, en EE.UU., ha dejado atónitos a los científicos. Los datos obtenidos del estudio de 3.500 mujeres suecas que se decidieron por un implante de senos revelan que muchas de ellas sufrieron más problemas de drogas y de alcohol que las mujeres no operadas.
Concretamente, y según el estudio del que se hace eco la web alemana express.de, el estudio de los certificados de defunción de las mujeres permitieron averiguar que la tasa de suicidios se triplica en los casos de las que se sometieron a aumentos de pecho. En el caso de las mujeres mayores de 45 años, no sólo se triplica esta cifra, sino que se multiplica por siete en comparación con mujeres no operadas.
Muchas mujeres recurren a la cirujía plástica para aumentar su autoestima sin tener en cuenta los peligros y que un cambio de busto no es necesariamente la solución a sus problemas.